Viviendo del cuento

Si alguien podía llamar a un disco propio «Viviendo del cuento» esos son Dr. Explosion, sin duda. Ellos son los únicos que rondando la treintena siguen chupando de sus viejos y ladillean aún bajo sus techos, han saqueado las arcas musicales de los clásicos versioneando impune e irreverentemente sus temas, se han atrevido a actuar vestidos de monjas, de colegialas y de romanos y todo por seguir chupando del bote, viviendo del cuento en definitiva.A pesar de ello el cuarto disco de estos tres irreductibles asturianos -el quinto si contamos el que recopilaba las caras B de sus singles- nos presenta al grupo con aires y bríos renovados. Sin renunciar a sus principios, con «Viviendo del cuento», se ha abierto un nuevo ciclo para Dr. Explosion. Atrás queda ya el entrañable sonido monoaural de los Toe Rag Studios con el que evidenciaron su amor por el garage sesentero de los Standells y, sobre todo, de los Downliners Sect. Mucha gente no supo ver mucho más allá de ese sonido -y de sus descacharrantes conciertos- y obvió la calidad de las composiciones de los Explosion. Por eso era necesario un cambio de estudio de grabación, que ha supuesto un considerable avance en el sonido del grupo, potenciando los factores melódicos que esconden algunas de sus canciones, como las recientes «Wasting my time», «Thank you» o «Not allowed». Quince días en los Egg Studios -que regenta el mítico Conrad Uno en Seattle- han sido suficientes para que Johnny Sangster -hermano de Jimmy de los Young Fresh Fellows- les proporcionara la claridad que consiguió con su producción en «Succes» -el reciente trabajo de los Posies- pero sin perder la contundencia de su último aporte a los punkanroleros Supersuckers, trabajo que aún está por publicarse. «Viviendo del cuento» es un disco con una gran variedad de registros y estupendas canciones. Su parentesco sonoro -que no influencias- con combos americanos actuales como Swingin, Neckbreakers, The Imsonniacs o, incluso, los conocidos Green Day es patente a lo largo y ancho de su nuevo álbum, gracias a un sonido más logrado y actual. Pero no temáis, los Explosion siguen siendo los gamberros asturianos que tanto nos han hecho disfrutar hasta ahora. Siguen expoliando el legado trash ibérico y si antes le tocó al «Drácula Ye-ye» de Pajares ahora ha sido el turno de «La chatunga», la tonada que popularizó hace unas décadas Luis Aguilé. En «Otro ser» siguen mostrando su lado punkarra, en «Not so cool» nos hacen creer por unos segundos que estemos escuchando a Green Day y en «Surfin Turd» que tampoco se han alejado demasiado de sus pretéritas raíces. En cualquier caso ninguno esperábamos escuchar unas castañuelas en «Female side», tres guitarras sonando a la vez en «Not allowed» o una guitarra de doce cuerdas en uno de sus temas… y es que los tiempos cambian y los Explosion no se van a quedar atrás. ¡Que lo sepas…!